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Mostrando entradas de septiembre, 2017
Tú solías venir con todas esas flores de colores y me dedicabas un par de sonrisas mientras me las dabas y yo te devolvía otra algo forzada, es así.  Puede que tú fueras el pájaro que mas alto volaba  y yo el triste perro atado a un poste sin libertad alguna.  Puede que tu fueras las estrellas que más brillaban en la pradera  y yo el cielo contaminado de Madrid.  Quizá yo no era la otra mitad que andabas buscando y te juro que intenté que todas nuestras piezas encajaran, te lo juro. Pero todas las noches pensaba qué sería de nosotros si uno de los dos ya no estuviera allí.  Y también te juro que mi postura no cambiaba.  Yo seguía siendo la que se moría de aburrimiento y la que aburría.  La que le tenía alergia a todas esas preciosas flores.  La que nunca volaba, porque temía la caída.  La que no sabía cómo demonios brillar en aquel oscuro cielo.  La que no podía seguirte mucho más.  Y no quería. No quería dejarte ir muy en el fondo, ¿sabes?  Pero