Tú, si tú. El que me provoca sonrisas inesperadas. Aunque no lo parezca, tú, con sólo decirme un simple "hola", me haces feliz el resto del día. Porque tú, con sólo dirigirme la mirada, haces que las mariposas de mi estómago se revelen. Sí, sólo tú, por ser tú, me haces feliz. Y aún no entiendo por qué.
Aún recuerdo cuando no significabas nada para mi. Cuando no era consciente de tu existencia. Pero ahora tu eres la razón por la que tengo estas horribles ojeras bajo mis ojos, por la simple justificación de estar hasta las cuatro de la mañana pensando en ti. Es extraño cómo una persona puede significar nada para ti pero en unas pocas horas, días, semanas o meses puede convertirse en tu mundo, en tu sol, en tu universo, incluso aunque esa persona al final acabe hundiendo tu corazón en un mar de arrepentimiento dejando un huracán de memorias agridulces tras de sí.
Comentarios
Publicar un comentario