Tristeza, dolor y soledad. Tres palabras, tres sentimientos que van de la mano junto a mi cada día, entre las sombras; lejos de las miradas de amabilidad y comprensión de los demás. Ocultos tras mi máscara perfecta cruelmente ensayada, disfrazados tras una sonrisa frágil pero radiante. Ahí están: escondidos pero presentes.
Si nos da miedo el amor, es porque hubo una vez que nos hicieron daño, incluso dos; y a la tercera, cuando en teoría va la vencida, lo que ocurrió fue que verdaderamente nos dimos por vencidos. Así que no juzgues a alguien por lo que quiere o deja de querer, porque a lo mejor tiene el corazón hecho añicos y unas cicatrices en su piel que no se irán por mucho tiempo que pase. El amor es ese tren que no es que no espere, sino que atropella, pero es dirigido por quien te habrías tirado a las vías una y otra vez. Por eso no vuelve a pasar, porque cada amor mata y la ilusión del siguiente es lo que resucita. Y por eso hay quien dice que si no has muerto por lo menos siete veces en vida es que no has vivido nada. Hay que tener un par de cojones y mucho, pero que mucho coraje para enamorarse, porque aquel que hoy te da besos y te sonríe es el mismo que una mañana cualquiera dejará las sábanas frías y un hueco imposible de llenar en tu cama. ...
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