Me coloqué a su lado, en nuestro banco favorito, como tantas otras veces habíamos hecho. Ella se acurrucó junto a mi y apoyó su cabeza en mi hombro. Suspiró, y entonces comencé a hablar. 

 -A veces pienso que la vida es un error. Llegamos a este mundo para sufrir y muy pocos dejamos una huella permanente en él. Hay pocos momentos de absoluta felicidad y, por ello, nos fijamos continuamente en lo malo. A veces llego a creer que no hay paz, que ciertas personas estamos destinadas a vivir una vida oscura, triste y desgraciada. Eso es lo que ahora siento. 

Ella me miró con curiosidad. 

 -Eso no es cierto. Yo antes pensaba así pero, con el tiempo, te das cuenta de que no vale la pena mirar la vida de ese modo. Tienes que aprender a fijarte en lo bueno, a dejar atrás lo malo y centrarte en disfrutar. Busca la belleza en la cosa más insignificante. Libérate del pasado y déjalo atrás. Siente de verdad, y olvídate de todo mal sentimiento. Entonces te darás cuenta de que la vida es un regalo, y que muy pocos la saben aprovechar. Los momentos malos nos debilitan por un momento pero, a la larga, cuando los superamos, nos hacemos fuertes, nos hacemos cada vez más resistentes a la oscuridad, hasta que finalmente encontramos la luz. 

La miré, desolado. 

 -Veo mi futuro muy negro. Mi destino será oscuro y tenebroso. 

Ella se giró hacia mi y me hizo mirarla a los ojos. 

 -Eso nunca lo sabes. Quizás tu destino sea felicidad y paz, pero si sigues así nunca lo averiguaras. Vive la vida de una vez. 

Y, en ese momento, miré a mi alrededor y el mundo pareció detenerse frente a mi. Me fijé en el parque donde estábamos, un lugar en el que reinaba la vida. Había pájaros revoloteando por los árboles, niños corriendo y gritando, felices; incluso me fijé, por insignificante que parezca, en una pareja de mariposas que desprendían felicidad allá por donde pasaban, juntas. 

Finalmente, me fijé en ella y, mientras acercaba su rostro hacia el mío para besarla, comprendí lo que me decía; nuestra existencia está llena de momentos felices y paz si sabes donde buscarlos. 

Y que la vida está hecha para disfrutar.