No es fácil pedirle a alguien
que no traicione lo que sientes.
Decirle que si se va;
caes al vacío,
pisas todas las flores,
empiezas a rezarle a un dios
del que dudas,
rompes castillos a quejidos,
deshaces terrones de azúcar con los ojos,
volteas la vida y la deshaces
con la yema de los dedos,
te dejas atropellar por los domingos,
le besas la nuca a la muerte.
No es fácil decirle que,
quizás ya ni si quiera
amanezca mañana.


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